miércoles, 16 de marzo de 2011

La situación en el mundo árabe

No se trata aquí de entrar en el examen de las peculiaridades concretas y específicas de cada escenario, de cada país sacudido por las intifadas en el mundo árabe.
Desde una visión regional, lo que se pretende plasmar aquí es una serie de consideraciones y elementos comunes, perspectivas y retos compartidos.

1.- Estoy de acuerdo con las reflexiones de Paco Frutos publicadas en Mundo Obrero- mes de marzo: las revueltas y revoluciones democratizadoras en curso en el mundo árabe responden a procesos que vienen gestándose y madurando desde hace tiempo en las profundidades sociales; nacen en las entrañas mismas de cada pueblo, como resultantes directos de las profundísimas contradicciones sociales, de las injusticias y desigualdades existentes, de la aspiración por conquistar las libertadas y los derechos democráticos, de la voluntad clara de alcanzar la soberanía popular.

2.- Las luchas sociales y las movilizaciones de masas que se desarrollan desde la fachada atlántica hasta las aguas del Golfo Pérsico contienen y proyectan todas ellas una clara dimensión pan-árabe.
En medio de la crisis global, estructural del sistema capitalista, todas ellas vehiculan una nueva concepción del poder, una nueva visión de la política que objetivamente alteran y modifican en profundidad el diseño estratégico impuesto en el conjunto del mundo árabe, su mapa geopolítico.

3.- En toda esa vasta Región se libra de hecho una lucha, una confrontación entre dos proyectos:

  • El proyecto imperialista-sionista de dominación y opresión, decadente y en quiebra.
  • El proyecto autónomo pan-árabe de emancipación, naciente y alternativo, esencialmente popular, democrático y progresista.

Esta confrontación supera y transciende ya el conflicto bipolar clásico entre el histórico y decaído nacionalismo árabe de inspiración naserista, y el pujante fenómeno del Islam político.

4.- El proyecto imperialista –sionista (el Gran Oriente Medio-GOM) se vertebra en torno a tres ejes centrales:

  • La acaparación y control de las riquezas energéticas de la Región (petróleo-gas), y de sus vías y flujos de abastecimientos hacia Occidente.
  • Garantizar la protección y la impunidad de Israel y de su política agresiva y expansionista en la zona.
  • Dividir y enfrentar a las sociedades, a los pueblos de los países árabes mediante la exacerbación de criterios étnicos, tribales y religiosos.

5.- La decadencia y quiebra de ese proyecto vienen determinadas por una serie de elementos de los que cabe destacar:

  • El empantanamiento y pudrimiento del conflicto en Afganistán.
  • La clara descomposición de Pakistán en tanto que Estado seguro y viable (país éste aliado clave de los EE.UU.)
  • La creciente inestabilidad, caos y desmembramiento de Irak.
  • El agotamiento de la estrategia de acoso y derribo de Irán, y el auge de su influencia en la Región, entre las comunidades chiítas de Irak, de Kuwait, de Arabia Saudí, de Bahrein entre otros.
  • El fracaso militar de Israel en la guerra en el Líbano del verano 2008 con el propósito de acabar con Hezbolah, así como de la criminal agresión en la franja de Gaza (invierno 2009) para liquidar a Hamas.
  • El creciente desprestigio y aislamiento internacional del régimen de Israel. Hace ya tiempo que se viene borrando la imagen de Israel como Estado democrático.
  • Resquebrajamiento de las alianzas occidentales con el distanciamiento de Turquía, con su nuevo papel en la zona, con sus nuevos enfoques en materia de política y relaciones internacionales respecto de Irán y de Siria, por ejemplo, y por su confrontación pública con Israel, lo que le confiere a Turquía, a su llamado modelo, crecientes cuotas de simpatía en el mundo árabe.
  • El fracaso de la “operación Hariri” en el Líbano, orientada primero contra Siria y después contra Hezbolah, y cuya resultante han sido, recientemente, la caída del Gobierno y la derrota del bloque prooccidental.
  • El bloqueo, el estancamiento y la degeneración del conflicto palestino; la actual carencia total y absoluta, de cualquier perspectiva para una solución justa, estable y duradera del conflicto. El buenismo exhibido al respecto por Obama en su famoso discurso en El Cairo ha quedado reducido a la nada.
  • A todo esto se suma ahora la caída de los fieles palanganeros del Imperio en el mundo árabe: Said Hariri en el Líbano, Ben Alí en Túnez, Mubarak-Suleiman en Egipto, Saleh en Yemén, etc. Todos ellos son criaturas " made in USA " como lo fueron en su día Sabam Hussein y los talibanes afganos. Este proceso de derrumbes acaba de empezar, y sin duda afectará, (ya afecta) de una manera u otra, a Marruecos, Argelia, Jordania, Arabia Saudí, Irak, Bahrein, etc.

6.- El proyecto emancipador alternativo pan-árabe, en su actual fase de despliegue, toma pié esencialmente en la existencia y la madurez de unos pueblos hartos e indignados de soportar regímenes tiránicos, para policiales, represivos y corruptos hasta la médula, arrodillados, envilecidos y revolcados en el fango de la sumisión y obediencia al Imperialismo; unas oligarquías opresoras, ya sean de naturaleza monárquica absolutista y medieval, o republicana militarizada.
Este proyecto nace también y se desarrolla por lo tanto como expresión de dignidad popular, de la afirmación de la identidad cultural árabe y musulmana propia de los países de la Región.
Refleja, al tiempo, la decidida voluntad de esos pueblos de avanzar en el progreso y la justicia social, en las libertades individuales y colectivas, en el saneamiento y democratización de fondo de las superestructuras políticas.

7.- Esta cuestión afecta de lleno a Palestina, a sus estructuras dominantes.
La caída de Mubarak-Suleiman repercute de lleno, por su dependencia y subalternidad, sobre esas estructuras, sobre el propio Mahmut Abbas y su núcleo en el poder en Cisjordania, y cuyas concesiones ocultas a favor de Israel reveladas hace poco por Wikileaks en materia de fronteras, asentamientos, Jerusalén-Este y refugiados resultan indignantes e insostenibles. La falta de credibilidad social y de legitimidad política del actual núcleo de dirección de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) es de tal magnitud, que su regeneración y democratización se convierten de hecho en la condición primera y necesaria para alcanzar una resolución digna y satisfactoria del conflicto iesraelo-palestino.

8.- la idea falaz de que los regímenes autoritarios y policíacos son la garantía y el baluarte contra el islamismo radical ha muerto.
Esa ecuación “autoritarismo represivo e integrísimo islamista” no es más que la expresión perversa de una dialéctica que se retroalimenta.
Representa, sobre todo, la tapadera, la coartada avalada y promocionada por Occidente para justificar y legitimar su apoyo activo a dichos regímenes, para reprimir al conjunto de las fuerzas políticas y sociales, populares y democráticas; para decretar estados de emergencia cuasi permanentes en Argelia, Egipto, Tunez, Yemen….

9.- Todos los observadores y analistas concuerdan en señalar que el factor religioso se ha situado en un segundo plano, adoptando un perfil bajo y no-protagónico en las revueltas populares. (Los Hermanos Musulmanes en Egipto y Jordania, Ennaddah en Túnez, etc.)
Esta deliberada actitud responde sin duda a la voluntad, por parte de las organizaciones y partidos islamistas, de no introducir elementos de manipulación y de confusión que pudieran ser utilizados para desacreditar y desnaturalizar las luchas y movilizaciones populares.
Ello no debe llevarnos a desconocer y a infravalorar el peso, la proyección e influencia del Islam político en la Región.
El islamismo militante ha venido ocupando y ocupa el vacío creado por el decadente nacionalismo árabe.
Los cambios democratizadores en curso en el mundo árabe contribuirán también a situar este fenómeno en su justa dimensión; ayudarán sin duda a deslindar lo que es el Islam político moderno, en su identidad democrática, del Islamismo integrista, radical, en su identidad Yihadista.
La religión musulmana, como la católica, no es incompatible con la Democracia. Una y otra no obstante no son compactas, uniformes y homogéneas.
Y sí en la católica, Leonardo Boff y Ratzinger no son para nada lo mismo, ni representan los mismos intereses y objetivos, sensato y coherente es pensar que una cierta “ teología de la Liberación” ocupa también su lugar y función en el seno de la religión musulmana.

10.- En el meollo de ese proyecto popular que viene construyéndose en el mundo árabe se haya la cuestión central de la concepción y el diseño de la democracia árabe e islámica.
El conflicto, la cruda y tensa relación entre los diferentes regímenes árabes y el Islam se da como resultante de la imposición de la estrategia de dominación imperial.
En Palestina, en concreto, de no haber fracasado el “acuerdo de la Meca” entre lo religioso (Hamas) y lo secular (Fatah) con vistas a superar la división intrapalestina y a formar un gobierno de unidad nacional, se podría haber establecido un nuevo paradigma para el conjunto del mundo árabe.
Ese gran acuerdo básico resulta ya insoslayable tanto en Palestina (unificación de Gaza y Cisjordania, un solo gobierno reclamaban recientemente los manifestantes en Ramalah), como en Egipto en Túnez, y en los demás escenarios de la Región.
El acuerdo político y social entre el estamento laico y el islámico representa la clave de bóveda del proyecto de emancipación, en su fase actual

Pepe Cabo

miércoles, 9 de marzo de 2011

El mundo árabe a debate

La Agrupación del Distrito Centro de Madrid tiene a bien invitarte a una Charla - Debate sobre la situación del mundo árabe, con el fin de arrojar un poco de luz sobre las causas que están provocando la serie de movilizaciones que se están produciendo en países de Oriente Próximo y del norte de África.
Para ello contaremos con la presencia de Mayed Dibsi, dirigente del FPL de Palestina.

Dicho acto tendrá lugar en en el local Marx Madera, c/ Madera 9, el Sábado 12 de marzo, a las 19h

Esperamos contar con tu presencia.